Anatomía y tipos de quistes en los ovarios

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Tipos de quistes ováricos

Cuando hablamos de quistes en los ovarios, y de los quistes en general, nos referimos a unas bolsas rellenas de fluidos que pueden crecer en cualquier parte del cuerpo; pueden alcanzar distintos tamaños y su contenido varía de unos a otros; algunos quistes son sólidos y reciben el nombre de tumores, es decir, quistes patológicos, lo cual no quiere decir que sean cancerosos, ya que ‘tumor’ es el nombre médico que se le da a una hinchazón.

Los quistes en los ovarios son bolsas de tejido que se forman dentro de los ovarios. Son muy comunes, normalmente indoloros, y a menudo desaparecen sin tratamiento. Los quistes ováricos pueden afectar a mujeres de cualquier edad. La mayoría de los quistes en los ovarios son pequeños, benignos y no producen síntomas. No obstante, algunos pueden alcanzar un gran tamaño y causar problemas, como, por ejemplo, dolor en el ovario e hinchazón en el abdomen y en la zona pélvica. Se distinguen dos tipos principales de quistes en los ovarios: funcionales y patológicos.

Los quistes ováricos funcionales son los más comunes. Son quistes inofensivos que tienen una vida corta y se forman como parte del ciclo menstrual. Dentro de los quistes en el ovario de tipo funcional tenemos otros dos tipos: quistes foliculares y quistes lúteos.

Los quistes foliculares son los quistes en los ovarios más comunes. Los ovarios forman parte del sistema reproductor femenino y liberan un óvulo todos los meses. El óvulo se desplaza hasta el útero, ya que es allí donde puede ser fertilizado por el esperma masculino. Todos los óvulos se forman en una estructura diminuta que se encuentra en el interior del ovario y que se denomina folículo. Los folículos contienen un fluido —que sirve de protección al óvulo durante su crecimiento— y se revientan una vez liberado el óvulo. En ocasiones, el folículo no libera al óvulo, o no derrama su fluido, ni se contrae, una vez liberado el óvulo. Cuando esto sucede, el folículo puede aumentar su tamaño a medida que se hincha con el fluido. Esto se acaba convirtiendo en un quiste de ovario de tipo folicular. Normalmente, tan solo un quiste aparece al mismo tiempo. Por lo general, estos quistes en los ovarios desaparecen al cabo de unas semanas sin necesidad de tratamiento.

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Los quistes lúteos son menos comunes. Este tipo de quistes en los ovarios aparecen cuando el tejido que queda tras la liberación del óvulo, es decir, el corpus luteum, se llena de sangre. Los quistes lúteos suelen desaparecer por sí solos en un periodo de unos pocos meses, si bien, en ocasiones, se puede producir una ruptura o división que causa una hemorragia interna y un repentino dolor en el ovario.

Quiste de ovario de tipo patológico. Se trata de hinchazones o abultamientos que se producen en los ovarios y que pueden ser benignos (inofensivos) o malignos (cancerosos). Este tipo de quistes en los ovarios se divide a su vez en dos tipos: en las mujeres menores de treinta años, el tipo que quiste patológico más común es el quiste dermoide. Sin embargo, para las mujeres mayores de cuarenta, un tumor denominado cistoadenoma es el tipo más común de quiste patológico.

Los quistes dermoides —también conocidos como teratomas quísticos maduros— pueden contener tejidos diversos, como, por ejemplo, pelo, piel o dientes, ya que se forman a partir de células que crean óvulos. En algunos casos, es necesario recurrir a la cirugía para extraer esta clase de quistes en los ovarios.

Los cistoadenomas son un tipo de quistes en los ovarios que se desarrollan a partir de las células que recubren la parte exterior de los ovarios. Asimismo, se distinguen distintos tipos. Algunos contienen un líquido acuoso, mientras que otros están rellenos de una sustancia más densa y mucosa. A menudo, los cistoadenomas están unidos al ovario mediante un tallo, en lugar de crecer dentro del ovario en sí, lo cual implica que pueden alcanzar un tamaño más grande. Generalmente, estos quistes en los ovarios no son cancerosos, si bien deben ser extraídos quirúrgicamente.

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